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Debate sobre aplicación de productos agrotóxicos

Jornadas sobre aplicación de productos fitosanitarios, su incidencia en la producción agropecuaria
 y en la salud humana


Organizadas por la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación delegación Salta, el 28 de Agosto de 2012 se llevaron a cabo las Jornadas sobre aplicación de productos fitosanitarios, donde expusieron destacados especialistas del área de la salud, del ámbito académico y de la justicia, junto a funcionarios de dependencias gubernamentales de la provincia de Salta y representantes del sector productivo. Una oportunidad para la reflexión y el debate en torno a las consecuencias producidas por las pulverizaciones de agrotóxicos en el país y en nuestra provincia.

A continuación la memoria de las jornadas

La utilización de los productos fitosanitarios tiene un rol importante en la actividad agropecuaria, como así mismo un efecto sobre el ambiente y la población humana, que utiliza, aplica, consume productos alimenticios, y tiene en algunos casos su hábitat muy próximos a establecimientos agropecuarios. Ante esta situación, desde las Áreas Tecnológico-Productiva y de Acceso a Derechos de la SsAF Salta, se evaluó como necesario y urgente iniciar un debate acerca de cómo se están  utilizando los productos fitosanitarios y cómo estos productos están hoy incidiendo en nuestra vida, fundamentalmente en la salud, y en la producción agropecuaria en general.

En este contexto se invitó como disertantes a la Dra. Patricia Digilio, Profesora en Filosofía y Doctora en Ciencias Sociales de la UBA, especialista en temas relacionados a la bioética y los derechos humanos; al Dr. Medardo Ávila Vázquez, Médico Pediatra y Neonatólogo, Coordinador de la Red Universitaria de Ambiente y Salud e integrante de Médicos de Pueblos Fumigados; a la Dra. Cristina Garros, ex jueza de la Corte de Justicia de Salta, Docente de la carrera de Abogacía de la UCASAL; al Sr. Marcelo Moisés, en representación de los productores hortícolas del Dpto. Anta; a un representante de la comunidad wichi de Ballivián; y a la Secretaría de Asuntos Agrarios y a la Secretaría de Ambiente del Gobierno de la Provincia de Salta.

En primer lugar la Dra. Digilio disertó acerca de la idea de desarrollo y su compatibilidad o no con un ambiente sano y las actividades productivas necesarias para producir alimentos. Planteó la necesidad de poner en discusión los fundamentos éticos, etimológicos y sociales de determinada propuesta tecnológica, y los sentidos diferentes de la idea de “desarrollo sustentable” “sostenible” o “sostenido”. Habló de la necesidad de tomar conciencia sobre que la  ciencia y tecnología no son buenas en sí mismas, sino que ambas están inmersas en las relaciones sociales, y que no puede dejarse en manos del mercado la resolución de los problemas que el mismo mercado ha producido. También planteó el principio de responsabilidad entre el hombre y la naturaleza y que la incorporación de tecnología debe tener en cuenta el contexto en la cual se inserta y el efecto en la vida de las personas en el tiempo. En relación al tema de los productos agroquímicos señaló que hoy existen de 3 a 5 millones de agricultores afectados por la aplicación de los mismos. Finalmente, invitó a la reflexión sobre la palabra “sustentable”, con la idea de sostener y vigorizar la vida, la vida exige ser vivida, es potencia y vigor.

En segundo lugar el Dr. Medardo Ávila Vázquez, de la Universidad Nacional de Córdoba, enmarcó su ponencia en la experiencia propia y de otros colegas de más de diez años escuchando y recibiendo reclamos de la gente que se enferma como consecuencia de estar expuestos a agroquímicos. De esta experiencia surge la afirmación de que existe un problema muy grave en materia de salud, a partir de las observaciones y hallazgos clínicos de diferentes equipos de salud.

Los efectos sobre la salud humana de los agrotóxicos son por un lado agudos (con sintomatologías respiratorias, dérmicas, oftalmológicas, neurológicas, hepáticas, pulmonares, etc.) y por otro se encuentran efectos de mediano y largo plazo (abortos, malformaciones, cánceres). Mostró estadísticas de la provincia de Chaco, donde el número de malformaciones congénitas (Nº malformados/10.000 nacidos vivos) pasó de 19,1 en 1997 a 85,3 en 2008, en zonas sembradas con soja y expuestas a pulverizaciones con glifosato. Destacó que la malformación es la principal causa de muerte en niños menores de un año.

Por otro lado comentó el caso del Barrio Ituzaingó de la ciudad de Córdoba, ubicado en cercanías de campos sojeros que son pulverizados con endosulfán y glifosato, donde el 33 % de la causa de muerte en el período 2000-2009 de vecinos del barrio fue debida a tumores, mientras que la media de la Argentina y de la provincia de Córdoba rondan el 19 % por esta razón. La tasa de muerte por cáncer superó en este caso a la primera causa a nivel nacional que es la de problemas cardiovasculares (24%).

Presentó también un estudio científico sobre la integridad de material genético (ADN) en ratones expuestos a glifosato, donde se observa las imágenes de núcleos celulares de linfocitos en forma de “cometa”, compatibles con daños de las hélices de la s moléculas de ADN. Este material genético dañado en una célula puede dar 3 resultados: recuperarse, provocar la muerte celular o autodestrucción, o persistir como célula mutante. Estas alteraciones son consideradas lesiones precancerosas, que de seguir expuestas en este caso al agrotóxico que provocó el daño, generan un cáncer. Si el daño es sobre una célula reproductiva como un óvulo o espermatozoide, se provocan abortos o niños con malformaciones.

Posteriormente presentó como aumentó la aplicación de agrotóxicos en nuestro país, de la mano del incremento de la superficie sembrada con soja y del aumento de las dosis de aplicación que pasaron de 3 litros de glifosato/ha en 1990 a 12-14 l/ha en la actualidad. De esta manera la cantidad de litros o kilos de agrotóxicos usados en el territorio nacional pasaron de 30 millones en 1990 a 370 millones en la campaña 2011-12. Remarcó en este caso que “la dosis hace al veneno”.

Finalmente, se pronunció respecto a que a este nivel de dosis no es aceptable hablar de BPA (Buenas Prácticas Agropecuarias), y menos en zonas del norte del país, donde las altas temperaturas ambientes y la baja humedad relativa en las épocas de aplicación de agrotóxicos, son incompatibles con las temperaturas y niveles de Hº sugeridos para una correcta aplicación de agroquímicos. Ejemplificó que los hijos de una madre expuesta a agroquímicos tienen más del doble de posibilidades de tener leucemia, según datos de la medicina basada en evidencias y también comentó que algunos países de Europa dejaron de importar soja argentina por las malformaciones sufridas por los cerdos alimentados con soja transgénica.

Por último, la propuesta de los médicos de pueblos fumigados es que se prohíba la pulverización aérea de agrotóxicos debido a la deriva primaria, secundaria y terciaria que afecta centros poblados, y a que en materia de genes, los humanos compartimos el 40 % de los genes con las plantas, el 60 % con los insectos, el 85 % con los ratones y el 95% con los monos.

A continuación la Lic. Norma Naharro de la Universidad Nacional de Salta hizo una presentación sobre la situación de la comunidad de Ballivián, dado que el representante de la comunidad wichi no pudo llegar a Salta por un paro del servicio de transporte. La Lic. Naharro reflexionó en torno a la idea de construcción de ausencias en el caso de las comunidades indígenas arrinconadas en medio de campos de soja. Esa “ausencia” se traduce en la negación sistemática de la existencia de comunidades en zonas donde se han autorizado desmontes, argumentando que no hay construcciones fijas o que las viviendas de los wichi no son casas. De manera análoga la “ausencia” se manifiesta en el sistema de salud que niega la existencia de problemas o enfermedades producidas por la aplicación de agrotóxicos. En su presentación pudo visualizarse la ubicación de la comunidad de Ballivián, y cómo en el transcurso de unos 15 años pasó a estar rodeada de campos sembrados con soja, quedando el antiguo cementerio detrás de un alambrado que delimita una finca. Se mostró además con un simple cálculo matemático la cantidad de litros de glifosato que son pulverizados por año sobre la comunidad considerando una dosis recomendada de 3 l/ha.

Luego, el Sr. Marcelo Moisés de la Cooperativa de Productores Frutihortícolas de Anta, describió que en la zona donde es productor existen 400 Ha bajo invernadero, con un gran porcentaje destinado a la producción de cucurbitáceas (melón, sandía, zapallitos, etc.) y que las derivas del 2,4 D empleado en las pulverizaciones de la zona por productores soja y otros granos han producido fototoxicidad cuando no la pérdida total de sus cultivos. Manifestó que los centros frutihortícolas están siendo afectados enormemente por esto y también la salud de los productores y sus familias, por esta razón propone que directamente se prohíba la fumigación aérea de agrotóxicos y que se encare la producción con respeto tanto a la madre tierra como a los vecinos, y que es necesaria una ley que aborde esta problemática.

La Secretaría de Asuntos Agrarios de la provincia de Salta, en la figura de la Ing. Gloria Párraga, explicó el funcionamiento de las 23 mesas sectoriales productivas, donde se discute y orienta la política productiva sectorial y la existencia de 3 mesas transversales que abordan la sanidad vegetal y animal, la producción orgánica y los productos fitosanitarios. El eje de abordaje principal sobre la problemática de productos fitosanitarios se basa en la aplicación e BPA y BPG, asegurando de esta manera la inocuidad e higiene alimentaria, el cuidado del ambiente y la seguridad de las personas.

Por su parte la Secretaría de Ambiente, expuso en la figura del Ing. Rubén Nieva de la Sección de Registros Ambientales, los alcances de la Ley Provincial Nº 7070 que tiene 2 artículos referidos a los agroquímicos y el decreto reglamentario 3097. En general la reglamentación se refiere a los registros de expendedores, acopiadores y aplicadores de productos y se hizo referencia a la implementación del triple lavado en envases usados de agroquímicos y la inutilización posterior del envase para evitar su uso para el transporte de agua por ejemplo.

Al finalizar la mesa debate, expuso la Dra. Cristina Garros, que sintetizó en una pregunta lo complejo del abordaje de la aplicación de agrotóxicos: ¿Por qué si todo está tan claro, se llega a tribunales? ¿Por qué habiendo leyes la justicia debe expedirse? La Dra. Garros explicó que en la Argentina existen muchísimas leyes en materia ambiental que es un tema transversal, pero que nunca se está en condiciones de juzgar en función sólo de las leyes, sino que la justicia necesita el auxilio de otras ciencias, de los saberes científicos, y que se necesita de la prueba, que generalmente está en manos del estado, en los organismos de control o en las empresas.

Lamentó que en estas jornadas no haya habido legisladores escuchando, ni empresarios ni el gobernador, que son quienes tienen que escuchar. Expresó que las provincias son las que tiene que legislar al respecto, y que a su criterio existen leyes suficientes, lo que falla es el control.

También se refirió a la actitud de los jueces, que debieran ser proactivos en el sentido de verificar cual es la parte débil del proceso y en munirse de todas las pruebas para pronunciarse en los fallos judiciales. Respecto a los agrotóxicos dijo que se debe aplicar el principio precautorio, reconocido internacionalmente, considerando que existen suficientes elementos para considerar la toxicidad de los productos en la salud humana. Finalmente con otra pregunta dejó abierto el debate ¿De qué hablamos? ¿De normativas de que hacemos como que hacemos?

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